Historia

El pug tiene un origen oriental, precisamente en china, y su parecido al pekinés de pelo raso y las estatuillas chinas que representan el guardián de los altares y los hogares, parece corroborar esta teoría.


Existen registros de esta raza en las aristocracias del siglo XVI. Este pequeño dogo de interior, ocupo un espacio de importancia e la vida del estatúder Guillermo I, y fue el tataranieto de éste Guillermo de Nassau quien llevara los primeros ejemplares a Inglaterra.

Lo cierto es que el Carlino se extendió a lo largo del siglo XVII desde los Países Bajos e Inglaterra a gran numero de cortes europeas. En una época donde los epagneuls, bichones y caniches estaban de moda, supo diferenciarse de éstos, imponerse y convertirse casi en un detalle de snobismo. Toda señora de la alta sociedad que se precie, deseaba tener un pug o carlino junto a ella.

Sobre finales del siglo XIX, su popularidad decayó y fue desplazado por pekineses y otros perros de compañía que encontraron sus minutos de fama. En los 70’s otra vez se puso de moda gracias a los duques de Windsor, amantes de la raza, y su popularidad se ha mantenido hasta la fecha.

El nombre CARLINO proviene de un actor italiano de mediados del siglo XVIII, llamado Carlo Bertinazzi, ya que él hacia sus representaciones de las comedias italianas caracterizado de arlequín y con una máscara negra que inevitablemente recordaba el rostro de un pug.

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